lunes, 11 de junio de 2012

La figura del orador

El orador como parte visible de una organización de cualquier tipo o razón, es la figura que va a conseguir involucrar o no a su público.

Para ello tiene que tener estos puntos bien desarrollados e interiorizados como son:
  • Aprender a improvisar: no siempre se va a poder seguir el guión punto por punto, puede haber situaciones externas que lo impidan, o que en un momento pierda el hilo de la exposición. Para ello tiene que saber salir airoso de la situación, esto le va a dar seguridad personal y una soltura que deje sin peso el fallo ocurrido.
  • Ser expresivo con su lenguaje no verbal: el orador tiene que conseguir ser el centro de atención, para ello todos sus movimientos, sin llegar a ser sobre actuados, tienen que favorecer esto. Tiene que moverse y refrendar sus palabras con gestos que enfaticen sus ideas.
  • Poner sus emociones al hablar: un buen profesional tiene que conseguir manifestar sus emociones, conmover al público tiene que ser su mayor arma para converncerle y hacer que se involucre.
  • Centrarte en la gente que sí te escucha: suele ocurrir que no todo el público presta atención a la vez, se generan ruidos y distorsiones que pueden llevar a que la exposición fracase. Para evitar esto, el orador puede utilizar como técnica no agresiva, el centarse en la gente que sí le presta atención y con ello conseguir volver a captar la atención.
  • La práctica: como en muchas otras disciplinas, la práctica consigue pulir todos aquellos grandes o pequeños defectos que vayan surgiendo. Practicar y practicar lo practicado, intentando aprender cada vez más.
Después de todo os vamos a dejar un vídeo en el que se muestra todo lo anterior:




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